Que cómodo, pero que letal, es quedarse en una zona de confort donde no hay espacio para riesgos, ni sorpresas, o para nuevos gustos y nuevos dolores de cabeza.
Cada vez que tomamos decisiones radicales una parte de los que nos conocen piensan que perdimos la cordura y el resto que vamos en ese camino. En mi caso, cuando me cuestionan por ello respondo: Ya era hora.
Vivir por ciclos no es vivir sin que te importen las cosas, o sin amarlas mientras permaneciste en ellas. Vivir por ciclos es vivir aceptando que las cosas cambian, que uno cambia, que los demás cambian, y que siempre habrá más o menos para uno dependiendo de los caminos que se tomen. Vivir por ciclos no es no saber a dónde queremos llegar finalmente, es saber que hay mucho más que aprender y sentir en el trayecto.
Exponerse a nuevos retos, a nuevos sentimientos, a nuevas experiencias, no es un acto suicida al contrario, es una forma de reafirmar que nos sigue latiendo el corazón y que estamos realmente aprovechando esta vida.
¡Que el universo y sus cómplices nos sigan estremeciendo cada vez que sea necesario!
Todo lo que deseas se cumplirá.